El mundo laboral y la formación en valores

Paz Valdés Gaete
Introducción

Las personas diariamente toman decisiones con respecto a su vida, estas decisiones claramente están basadas en los valores que asumen como propios.

La presentación de la siguiente monografía se refiere al mundo laboral y la formación en valores, en donde la escuela juega un rol fundamental como agente reproductor y socializador de los valores presentes en la sociedad.

Es por esto que partiremos definiendo qué son los valores, cuáles son sus fines y objetivos, cómo se pueden trabajar, qué cambios son necesarios para una educación en valores, cómo debe ser su evaluación, entre otros. Lo cual permitirá realizar una reflexión sobre los valores y las posibilidades de trabajar con ellos para favorecer el clima humano en el mundo laboral.

Desde este punto de vista la misión de la educación en valores debería consistir en la superación de la socialización de los mismos para fijarse objetivos próximos a la capacidad crítica, autonomía y racionalidad de la persona en situaciones de conflicto ético.
El mundo laboral y la formación en valores

El hombre es un ser social que crea valores y a la vez es portador de ellos. Y a esto es lo que debe contribuir la educación, mejorando al sujeto, aumentando sus conocimientos, potenciando sus habilidades y actitudes. Para su más plena realización e integración sociocultural.
En chile existen miles de pequeñas, medianas y grandes empresas que día a día necesitan de nuevo personal para funcionar.
Estudiar una especialidad nos ayudará a iniciarnos en un mundo laboral, junto con la adquisición de conocimientos vendrán nuevos desafíos de los cuales habrá que aprender que valores como la tolerancia y voluntad ayudarán a que nos perfeccionemos y sigamos construyendo nuestras propias ideas y al mismo tiempo cumplir las expectativas laborales.

1. ¿Qué son los valores?
Según la Real Academia Española (2001), “Cualidad que poseen algunas realidades, consideradas bienes, por lo cual son estimables. Los valores tienen polaridad en cuanto son positivos o negativos, y jerarquía en cuanto son superiores o inferiores”.
Asimismo señala “Persona que posee o a la que se le atribuyen cualidades positivas para desarrollar una determinada actividad”

1.1 El mundo de los valores.
Los valores constituyen un tema nuevo en la filosofía: la disciplina que los estudia –la axiología- ensaya sus primeros pasos en la segunda mitad del siglo XIX. Es cierto que algunos valores inspiraron profundas páginas desde Platón en adelante, y que la belleza, la justicia, el bien, la santidad, fueron temas de viva preocupación de los pensadores en todas las épocas.
Este descubrimiento es uno de los más importantes de la filosofía reciente y consiste, en lo fundamental, en distinguir el ser del valer. Tanto los antiguos como los modernos incluían, sin tener conciencia de ello, el valor en el ser, y medían a ambos con la misma vara. Los intentos de axiología se dirigían, sin excepción, a valores aislados y en particular al bien y al mal. El estudio de estos valores aislados adquiere hoy nueva significación al advertirse el hilo sutil que los une y la proyección de luz sobre cada uno de estos sectores que arroja toda investigación de conjunto sobre la naturaleza propia del valor.
Tres eran los grandes sectores de la realidad a los que podrían reducirse los valores, entre ellos: las cosas, las esencias y los estados psicológicos. Sin embargo, el autor R. Frondizi señala que “los valores no son, por consiguiente, ni cosas, ni vivencias, ni esencias: son valores”. Frondizi, R. (1972). ¿Qué son los valores? Buenos Aires, Argentina.
Por otro lado, Scheler cree que no puede reducirse un valor a la expresión de un sentimiento porque, con frecuencia, captamos los valores con independencia de los sentimientos que experimentamos.

1.2 Captación de los valores.
Captamos los valores por medio de las vivencias emocionales del percibir sentimental. A su vez, el orden jerárquico de los valores se presenta en el preferir y postergar. Scheler dice que “No debe confundirse “preferir” con “elegir”. Se elige entre acciones –entre un “hacer” y otro “hacer”, mientras que se prefiere un bien a otro, y también un valor a otro, con prescidencia de los depositarios, sin exigir contenidos de fin, como es el caso en el elegir”. Frondizi, R. (1972). ¿Qué son los valores? Buenos Aires, Argentina.

1.3 Jerarquía de los valores.
Es una característica de los valores estar ordenados jerárquicamente. Para Scheler (1942) la jerarquía reside en la esencia misma de los valores y se aplica aun a aquellos valores que no conocemos. La superioridad de un valor sobre otro se capta por medio del “preferir”, que es un acto especial de conocimiento. Si bien la superioridad de un valor no se nos da antes del preferir, sino en el preferir, no se debe creer que tal superioridad consista en que un valor ha sido, de hecho, preferido.

2. Valores y derechos humanos.
En la Revista española de pedagogía los derechos humanos han sido definidos como “aquellas prerrogativas, normativamente reguladas, que la persona detenta como propias en sus relaciones con los particulares y con el poder establecido”. Escámez, J. (1998). Valores emergentes y los derechos humanos de la tercera generación. Revista española de pedagogía, 1, 437. Están basadas en la identidad universal de las personas y fundadas en el principio de igualdad de todos los seres humanos.
Los derechos humanos son unas realidades que han ido evolucionando y desarrollándose en los últimos cincuenta años por la presión de las nuevas necesidades sociales y como manifestación de valores sociales emergentes.
Los valores no son cosas sino cualidades que los humanos hemos descubierto y puesto, en el fluir de nuestra historia, y estamos poniendo actualmente en las personas, en las cosas, en las instituciones y en los sistemas para acondicionar nuestro mundo, para hacerlo más habitable. De ahí que los valores sean unas realidades históricas que emergen como respuestas idealizadas para resolver los problemas del vivir de las personas de cada época, y así actualmente se consideran como valores aquellas nuevas convicciones, compartidas por la comunidad humana, sobre lo que merece ser estimado porque responde a las necesidades radicales de nuestra vida humana actual y futura.

3. Los valores en la vida humana.
Entre los valores que pueden considerarse constitutivos en la vida humana de relación según la Revista española de pedagogía (1998), 5, 548-550, se encuentran:

a) La tolerancia: es sin duda un valor indiscutible de la democracia. El principio que proclama la igualdad de todos los hombres tiene como una de sus barreras el rechazo y la intolerancia hacia los que nos incomodan. Esa intolerancia nace del prejuicio o de la convicción de que sólo las propias ideas son válidas.
b) La justicia: suele considerarse a la justicia, en cuanto virtud que ordena la convivencia, como equivalente a igualación o adecuación objetivamente exigible; más concretamente, como la virtud que consiste en darle a cada uno lo suyo, lo que le es debido.
c) La solidaridad: supone la vinculación de varias personas por unos mismos valores que se comprometen y sacrifican activamente, en común, cuando esos valores están amenazados. Consiste en un sentimiento y actitud participativos compensadores de las insuficiencias de la justicia, que se concretan en la disposición a compartir la corresponsabilidad en las necesidades ajenas.
d) La paz: supone tanto la eliminación de formas de violencia oculta en la convivencia como el saber convivir, creando ámbitos de concordia y de participación en la felicidad de los demás. La paz no es sinónimo de indolencia o apatía ante las cosas o los acontecimientos adversos, sino de aceptación de ellos, con temple, actitud de sosiego y serenidad en un esfuerzo continuado por superarlos. Sin una vida en paz no es posible el pleno ejercicio de los valores de una vida con sentido.

4. Educación en Valores.
Es preciso educar en valores para poder solucionar los problemas que enfrentamos.
En el Proyecto de Educación considera que la formación moral o ética de la persona es un modelo integral y dinámico, que implica un proceso de construcción personal y colectiva a partir de la reflexión, el diálogo y la acción de la persona.
La Educación implica una intención relacionada a la transmisión de unos determinados valores, y a su análisis y cuestionamiento, y al mismo tiempo al planteamiento de otros valores que se consideran deseables.

4.1 ¿Qué papel juegan los valores?
Los valores sociales como construcciones normativas nos ayudan a asegurar el orden y la convivencia en sociedad, gracia a ello toda persona puede reconocer aquello que es institucional y socialmente aceptable.

4.2 ¿Formar sujetos éticos o morales?
La intencionalidad de la Educación pasa por dotar de herramientas para la construcción de determinado “filtros de valor” a los estudiantes para que puedan ser capaces de convivir con otras personas. Dichos “filtros” a los que también podemos denominar “criterios”, constituyen parte del ser persona de cada estudiante, y en esa medida son elementos de su identidad.

4.3 Formar el carácter: virtuosos y con “buenos hábitos”
Se trata de acompañar a los estudiantes para que desarrollen determinados hábitos o vivan de acuerdo a determinadas virtudes, pues se entiende que sólo se llega a ser virtuoso (a tener un “buen carácter”) practicando las virtudes (los valores).

5. La colaboración presente en el mundo laboral educativo.

5.1 La importancia del clima humano y de la colaboración.
“Las relaciones humanas existentes en el centro educativo constituyen un elemento esencial en el desarrollo del trabajo colaborativo”. Payá, M. y colaboradores. (2002). Ética y educación en valores: Guías praxis para el profesorado de ESO. Barcelona, España. Ya que la forma como se realizan los procesos de comunicación, de toma de decisiones, el grado de motivación de los participantes, etc., lo facilitan u obstaculizan.
La importancia del clima humano en el funcionamiento de las organizaciones está fuera de toda duda: lo señala el sentido común y lo ratifican multitud de estudios.

5.2 La colaboración como estrategia de desarrollo profesional.
Una misión de la organización es formar los recursos humanos, ya que “la colaboración entre profesores puede ser una fórmula que facilite, al mismo tiempo, el desarrollo de la organización y el desarrollo profesional”. Payá, M. y colaboradores. (2002). Ética y educación en valores: Guías praxis para el profesorado de ESO. Barcelona, España.
El trabajo colaborativo puede ser una vía importante de desarrollo profesional. Nias (1989) describe las relaciones de colaboración de una escuela basada, no en procedimientos burocráticos o formales, sino en múltiples detalles que conciernen a la vida cotidiana del centro, tanto en la clase como en los pasillos, y en acontecimientos tanto curriculares como personales de los profesores.

6. Algunas conclusiones.

6.1 Fines y objetivos de la educación en valores.
Paniego, J. (2002) señala lo siguiente:


6.1.1 El fin de la educación en valores.
Es conseguir más calidad de vida, es decir, hacer a las personas más felices. Esto pasa por preparar a las personas para dotarnos de recursos para enfrentarnos de forma constructiva a los desafíos del futuro especialmente en sus dimensiones personal, social y laboral.

6.1.2 El objetivo de la educación en valores.
Es el desarrollo de actitudes y conductas solidarias. Esto significa:
Desarrollar conductas (Habilidades, hábitos).
· Desarrollar actitudes (Cognitivo, afectivo, conductual).
· Se pretende buscar la solidaridad (Interdependencia, igualdad de bienes y estatus, incluir los intereses de todos).


6.2 Principios metodológicos. ¿Cómo trabajar?
Según Paniego, J. (2002), algunos principios que pueden hacer el trabajo más efectivo son:
Trabajar todos los aspectos de la personalidad.
· Partir de lo cercano (las relaciones en el grupo de iguales) para llegar a lo lejano (grandes realidades sociales).
· Partir de la vivenciación / problematización, producir reflexión y dar lugar a una producción de conductas que aumenten el nivel de justicia.
· Trabajar socializadamente con un grupo de iguales que nos sirva de referencia.
· Construir el conocimiento entre todas las personas, no ser sólo impuesto <> por un monitor o un texto.
Buscar elementos lúdicos y motivadores.
Ser una educación activa no meramente receptiva.
· Buscar una coherencia entre los medios (como se aprende) y los fines (el modelo de actitudes y conductas que se pretende alcanzar).
· Atender a la comunidad educativa global, involucrando a madres y padres, educadores y alumnos y teniendo en consideración la influencia en la formación de actitudes de los diversos ámbitos (familia, amigos, juguetes, televisión…).
· Realizar una formación continua desde las primeras edades y adecuada a cada momento evolutivo de la persona.

6.3 Contenidos a trabajar en la formación en valores.
Según paniego, J. (2002) es preciso trabajar una serie de bloques de contenido.

6.3.1 Desarrollar en lo cercano los valores, actitudes y conductas.
· Consolidar el desarrollo personal para:
- Generar hábitos de conducta adecuados para un trabajo eficaz.
- Desarrollar la personalidad y el razonamiento moral para que esté abierta a valores, sentimientos o actitudes solidarias.
- Exista coherencia entre lo que piensa y lo que hace.
Para ello se trabaja el autoconocimiento, afirmación y autoestima, autocontrol emocional, autocuidado, reconocimiento y expresión de emociones, la empatía, desarrollo del razonamiento mdad. oral y la creatividad.
· Actitudes cooperativas grupales: Es necesario desarrollar actitudes adecuadas que:
- Doten de recursos al grupo para trabajar eficientemente en la vivenciación, el análisis y la puesta en práctica de soluciones.
- Desarrollen coherentemente en lo cercano las actitudes y valores que queremos desarrollar en estructuras más amplias.
Para ello se trabaja el conocimiento mutuo, la comunicación, la confianza, el contacto y la estima, la cooperación.

6.4 Pasos. ¿Qué proceso seguir?
Según Paniego, J. (2002), el desarrollo de los bloques pasa por:
· Vivenciar la actitud o habilidad que pretendemos desarrollar: Esto permite que el conocimiento no se base sólo en los aspectos cognitivos, sino también en los afectivos: sensaciones, sentimientos. Por otra parte nos permite tener un referente vivencial para construir nuestras habilidades y actitudes.
· Analizar: No basta con haber tenido una experiencia. Es preciso analizar los sentimientos que nos produjo y los hechos que sucedieron; conocer problemas que nos surgieron (ejemplo: obstáculos a la comunicación, falta de autoestima…) y conocer qué comportamientos y actitudes son los adecuados.
· Entrenar conductas: Una conducta adecuada (ejemplo: técnica de regulación de conflictos, capacidad de cooperación) debe entrenarse para lograr su desarrollo y afianzamiento, completando así el proceso de su desarrollo.

7. Cambios necesarios para una educación en valores.

7.1 Cambios de roles.
Paniego, J. (2002) señala que es importante que haya un cambio de roles, asimismo la integración del entorno y la organización del aprendizaje en el aula.

7.1.1 Profesorado.
·
El profesorado no es principalmente un dador de información, sino quien orienta hacia la búsqueda de información.
· El profesorado problematice al alumnado. Les muestre inconsistencias o necesidades de cambios personales a su alumnado.
· El profesorado dinamice los procesos de vivenciación/problematización, reflexión y actuación motivando, proponiendo dinámicas, ordenando el análisis de la información o los procesos de actuación.

7.1.2 Alumnado.
Se implique en todas las decisiones del centro.
· Se corresponsabilice del aprendizaje de sus compañeros. (Por ejemplo, en programas de aprendizaje cooperativo).
Sea consciente y responsable de su propia educación:
· Desarrollen una actitud crítica constructiva frente a prejuicios o el grupo de iguales que les lleve a oponerse a conductas disruptivas.

7.2 Integración del entorno.

7.2.1 Grupo de iguales.
·
Se debe dar un aprendizaje que tenga en cuenta la importancia del grupo de iguales para los procesos formativos. Usándolo para reforzar conductas y actitudes tanto dentro como fuera del espacio escolar.
· Se debe dotar de las habilidades básicas para no ser influido negativamente por el grupo de iguales, siendo una persona con la madurez, autoestima y formación afectiva que permita desobedecer a las conductas disruptivas.

7.2.2 Familia.
Implicar a las familias en el colegio (Participación en la toma de decisiones, participación en actividades como talleres).
Corresponsabilidad en la educación:

7.3 Organización del aprendizaje de aula.

7.3.1 Organización del aprendizaje.
Coherente con los valores que se defienden:
· Cooperativa en vez de competitiva (ejemplo: programas de aprendizaje cooperativo).
· Socializadora (entre todos se socialice el conocimiento y se produzca ayuda).
· Activa y tendente a desarrollar la autonomía (el alumno aprenda dónde y cómo seguir aprendiendo).
· Constructiva (el alumno construya su propio conocimiento).
· Que fomente la responsabilidad: el autoaprendizaje, la autoevaluación el cuidado de los recursos educativos.

8. Evaluación en educación en valores.
El autor Paniego, J. (2002) señala que “Todo aprendizaje es preciso evaluarlo para comprobar si se han alcanzado (o se están alcanzando) y en qué grado los objetivos propuestos y cómo incide globalmente sobre la persona”. Paniego, J. (2202). Cómo podemos educar en valores: Métodos y técnicas para desarrollar actitudes y conductas solidarias. Madrid, España.
A veces realizamos juicios de valor sobre las personas. No saber algo, equivale a ser menos que los demás compañeros, equivale a ser minusvalorado con un rechazo afectivo y una caída de autoestima. Frente a este rechazo, la persona se defiende rechazando el mundo académico. Esto dificultará enormemente el aprendizaje de contenidos y hará casi imposible el de actitudes y hábitos de conducta.
La evaluación debe:
a) Evitar los juicios descalificadotes y las comparaciones.
b) Señalar qué cosas se aprendieron.
c) Ante las cosas que no se aprendieron señalar qué actividades podemos hacer para aprenderlas.

En el caso de plantearse la promoción de alumnos debemos preguntarnos si el estar con otro grupo le ayudará a mejorar sus conocimientos, actitudes o conductas o el permanecer en su grupo y aprovechar los recursos que éste le brinda será lo más adecuado.
En síntesis, debemos tener como único criterio a la hora de evaluar el preguntarnos qué será más positivo para la persona y para la sociedad. Esa será la opción más justa.

Conclusión

Al finalizar la presente monografía podemos señalar que la formación en los valores humanos es un problema que ocupa un lugar en las discusiones actuales en todas las esferas de nuestra sociedad.
Los centros educativos toman cada vez más un liderazgo en la formación valórica de los estudiantes, sin embargo no sólo se valora la necesidad de trabajar en este tema dentro de los colegios o instituciones formadoras, sino también en otros ámbitos del desarrollo humano, como lo es el mundo laboral.
Esta formación en valores permitirá formar mejores seres humanos, más integrales y con capacidades de adaptación a la sociedad.
Se interesa fomentar la reflexión frente a los comportamientos humanos, permitiendo realizar un proceso interior, que se pueda utilizar como guías de conducta y que ayuden a ser la persona que se desea ser, trascendiendo a través del tiempo, para luego formar parte de su propio ser.
Lo anterior permite regular el comportamiento y actuar en consecuencia con sus creencias, dando la dignidad de poder elegir en libertad, respetando su dignidad de ser humano.
La opción valorativa y la realización de valores conforman nuestra personalidad y nuestra cultura. Por ello es una tarea urgente desarrollar actitudes de conocimiento, reflexión y valoración crítica que, siendo no obstante valores formales, contribuyan a que la concreción material, en su doble dimensión –personal y social, particular y compartida- permita la construcción de un orden social más humano y más justo.
Bibliografía
- Escámez, J. (1998). Valores emergentes y los derechos humanos de la tercera generación. Revista española de pedagogía, pp. 437-438

- Frondizi, R. (1972). ¿Qué son los valores? Buenos Aires, Argentina:

- Medina, R. (1998). Los derechos humanos y la educación en los valores de una ciudadanía universal. Revista española de pedagogía, pp. 548-550

- Paniego, J. (2002). Cómo podemos educar en valores: Métodos y técnicas para desarrollar actitudes y conductas solidarias. Madrid, España: CCS

- Payá, M.; Buxarrais, M.; Martínez, M. (2002). Ética y educación en valores: Guías praxis para el profesorado de ESO. Barcelona, España: CISSPRAXIS, S.A.

- Diccionario de la Real Academia Española. (Vigésima segunda edición).